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Mitos en torno a las vacunas del Covid-19


Foto: freepik.es

Llegó la época de las vacunas contra el Covid-19, la amenaza sanitaria más grave de la historia reciente. A pesar de contar con estos valiosos recursos para frenar la Pandemia, circulan algunos mitos que buscan confundir a las personas y restar credibilidad a la tarea científica de encontrar una inmunización contra este Virus.


La Organización Panamericana de la Salud (OPS) –de la mano de un grupo de expertos– aclaró algunos conceptos equivocados en torno a las vacunas contra el Covid-19, con la intención de que las personas los asuman con tranquilidad a la hora de tomar la decisión de vacunarse.


Algunos de ellos:


Las vacunas son inseguras


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La seguridad de las vacunas siempre es la máxima prioridad y no es diferente para las que se han realizado contra el Covid-19. Todas las vacunas pasan por tres fases diferentes de estudio (o ensayo clínico) antes de que puedan ser aprobadas para su uso en la población. Las fases tienen por objetivo garantizar la seguridad y la capacidad de la vacuna para proteger contra la enfermedad (su eficacia), así como otros aspectos como lo son, las dosis requeridas y cuándo deben administrarse.


Las vacunas contra esta Pandemia siguen estas fases, pero en algunos casos se aceleran, porque se dispone de información suficiente. Una vez que las vacunas se aprueban para su uso en la población general, el monitoreo de la seguridad continúa. Este seguimiento es un componente habitual de los programas de inmunización y se realiza con todas las vacunas.


Son tecnologías nuevas que afectan el material genético y se desconocen sus efectos


Las vacunas contra el covid-19 son las primeras basadas en el ARN mensajero que se aprueban, no son las primeras que se han ensayado con humanos. Las vacunas de ARN mensajero proporcionan ‘instrucciones’ para que las células produzcan la proteína que se encuentra en la superficie del virus. Las células que crean esa proteína no producen la enfermedad, sino que ayudan al cuerpo a producir una respuesta inmunitaria similar a la que ocurre en las infecciones naturales.


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El ARN mensajero nunca ingresa en el núcleo de la célula, donde se encuentra el ADN, por lo que la vacuna no entra en contacto con el componente genético humano. Además, la tecnología ARN mensajero también tiene otros usos médicos; por ejemplo, es un tratamiento habitual contra el cáncer”.[1]


Las vacunas debilitan las defensas


Las vacunas contra el covid-19 ayudan al sistema inmunitario a identificar y a combatir el virus. La vacuna no debilita o sobrecarga el cuerpo, ni hace que las personas se enfermen. Algunas personas pueden experimentar efectos secundarios leves, como dolor en el lugar de la inyección, molestias musculares o fiebre, pero desaparecen rápidamente.


Con la vacuna se introduce un microchip


Las vacunas solamente se usan para proteger a las personas de enfermedades que pueden causar la muerte. Los microchips nunca se han usado en las vacunas y no son parte de las vacunas contra el covid-19[2].


Se aplican para ensayarlas en humanos


Las vacunas contra el Covid-19 se han desarrollado más rápido que otras, pero todas las candidatas pasan por los mismos ensayos clínicos en los que la seguridad y la eficacia son prioritarias. Ha habido una colaboración global y un incremento del financiamiento público sin precedentes, como consecuencia de la Pandemia, lo cual ha permitido que estos biológicos se desarrollen con más rapidez.

Adicionalmente varios científicos han estado trabajando en vacunas contra otros coronavirus desde las epidemias de Sars y Mers, situación que ha acelerado el proceso de desarrollo. La tecnología usada para este tipo de vacunas se empezó a desarrollar hace más de diez años.

Las vacunas no sirven porque hay que seguir con las medidas de Bioseguridad


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Es necesario continuar con el uso de tapabocas, el distanciamiento físico y el lavado de manos con frecuencia, incluso después de recibir la vacuna, porque aunque la persona esté protegida, podría transmitir el virus. Mientras la mayoría de las personas no se hayan inmunizado, estas medidas hay que mantenerlas.

Algunos ensayos se han suspendido por problemas graves


Cuando un participante en un ensayo presenta una enfermedad inexplicable, la cual puede o no estar relacionada con la vacuna que se está evaluando, es normal que se investigue en profundidad. En este sentido los protocolos obligan a suspender de manera temporal los ensayos clínicos de vacunas, mientras los científicos analizan la situación.


Tanto los fabricantes como los científicos están haciendo todo lo posible para garantizar que la vacuna sea segura y eficaz.


Es mejor que las personas se infecten naturalmente


El Covid-19 afecta a todo el mundo, para obtener una inmunidad colectiva se necesitaría que -al menos- el 70 por ciento de las personas se infecten; y si de cada 100 infectados 15 requieren atención hospitalaria y 5 cuidados en UCI, querría decir que -en Colombia- se deberían infectar 35 millones de personas, más de medio millón estarían hospitalizadas, 1,7 millones requerirían UCI y más de 850.000 personas morirían. Cifras muy elevadas y moralmente injustificadas.”[3]


Las vacunas están causando las nuevas variantes del Covid-19


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En Internet circula sin ningún fundamento que la vacuna de Pfizer provocó la mutación descubierta en Reino Unido. El primer caso de esta nueva variante se identificó el 20 de septiembre de 2020 en territorio británico y el antídoto de Pfizer solo empezó a ser administrado hasta el 8 de diciembre, más de dos meses después.


En el caso de la variante brasileña esta se reportó a mitades de enero, pero la vacunación en Brasil empezó solo hasta el 19 de enero. Las autoridades sudafricanas, por su parte, reportaron a mitades de diciembre la aparición de una nueva variante en su territorio, pero solo hasta hace un mes anunciaron sus planes para iniciar la inmunización de sus ciudadanos.


La vacunación contra el Covid-19 es una decisión autónoma que debe ser tomada con responsabilidad, rigurosidad y en lo posible, con asesoramiento médico.


 

[1] https://www.eltiempo.com/salud/vacunas-mitos-sobre-las-vacunas-contra-el-covid-19-565590

[2] Ibid

[3] Ibid

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