El 21 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Alzheimer, fecha instituida en 1994 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el auspicio de Alzheimer's Disease Internacional (ADI, Enfermedad Internacional del Alzheimer), para concienciar y ayudar a prevenir esta enfermedad, considerada como la nueva epidemia del siglo XXI.
El Alzheimer, denominado también demencia senil, es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta con pérdida de memoria, de las capacidades cognitivas y trastornos de conducta, a medida que mueren las neuronas y se atrofian diferentes zonas del cerebro.
Para el 2050, -en solo 31 años- se estima que el número de personas con Alzheimer será de más de 131 millones en el mundo[1]. Es un problema de todos porque la enfermedad genera una dependencia no solo para el enfermo sino también para su entorno más cercano.
Todavía no existe una cura para sanar el Alzheimer, sin embargo, hay pequeñas rutinas y actividades que pueden ayudar al retraso y/o prevención de la afección.

El Comité de Médicos por una Medicina Responsable publicó un estudio en donde se presentan 7 hábitos alimenticios que podrían reducir entre un 70% y un 80% la presencia del Alzheimer [2]
1. Reducir el consumo de grasas saturadas y trans
2. Las verduras, frutas, legumbres y granos deben ser la base de la pirámide alimenticia
3. Consumir vitamina E (al menos 5 miligramos al día)
4. Consumir suplementos de vitamina B12
5. Evitar los multivitamínicos con hierro y cobre (a menos que lo indique un médico)
6. Evitar cocinar en ollas y sartenes de aluminio
7. Mantenerse activo físicamente (Por ejemplo: caminar tres veces por semana durante al menos 40 minutos)
¿Cómo hacer para que los espacios del hogar sean lo más propicios posibles para una persona que padezca esta enfermedad?

Es importante aclarar que la consulta con el médico tratante es fundamental, para que sea él /ella quien brinde las pautas esenciales para la adecuación de la vivienda, con base en las necesidades particulares de la persona con alzheimer.
Cuidar a una persona con Alzheimer en casa genera nuevas necesidades en la organización de la arquitectura del hogar. Adaptar la vivienda contribuye a su bienestar y seguridad.
Consejos Generales
Evita los colores fuertes en casa: los colores llamativos generan estrés y desasosiego. Por esta razón es aconsejable que pintes la casa con colores suaves.

No es recomendable tener muebles estridentes.
Elimina las barreras y evita caídas: suprime los muebles que obstaculicen la movilidad y que sean inseguros, como por ejemplo: sillas que le dificulten a la persona levantarse. Quita las alfombras que puedan generar tropiezos o hacer que la persona se resbale. Acorta los cables eléctricos para que no arrastren por el suelo.
Si tienes escaleras en tu hogar, incorpora bandas antideslizantes sobre el borde de los escalones.
Asegúrate de que las habitaciones tengan buena iluminación durante el día y que algunas de ellas estén equipadas con lámparas durante la noche.
Accesos adaptados: es recomendable que la vivienda cuente con rampas o accesos habilitados para personas con movilidad reducida.
Minimiza los riesgos del hogar de forma discreta: las personas con Alzheimer requieren de un ambiente sano, seguro y fácil para su movilidad. Sin embargo, si las medidas de seguridad utilizadas son muy obvias, pueden generar frustración, agitación y enojo, por lo que deben ser implementadas con discreción, para que la persona no perciba la protección de forma negativa.
Para evitar que se presenten los riesgos más frecuentes, te recomendamos quitar los cerrojos interiores de las puertas, de manera que la persona no pueda encerrarse. Guarda bajo llave los productos de limpieza (tóxicos o peligrosos) que habitualmente se almacenan en la cocina.
En el baño, el botiquín debe estar vacío de medicamentos, incluso aquellos que consideres inofensivos. En la bañera y en la ducha es importante ubicar bandas o alfombras antideslizantes, en lo posible del mismo color que el suelo, para no sobresaltar a la persona enferma. En las paredes de la ducha y a los lados de la bañera también es fundamental ubicar barras para que la persona con Alzheimer pueda entrar o salir con facilidad.
En la habitación la organización debe ser tan sencilla como sea posible para facilitarle la vida a la persona enferma: fija la lámpara a la mesa de noche para que pueda encenderla y apagarla sin tirarla, o realiza una instalación en la pared; una luz con conmutador que sea de fácil acceso.
Adhiere al suelo la alfombra de pie de cama y reorganiza el armario con la ropa indispensable.
Para una persona con Alzheimer la casa se convierte en un universo hostil. Por tanto, resulta imprescindible organizar el espacio vital, de manera que el desarrollo de la vida de la persona enferma sea fácil, como también de quienes conviven con ella.

Brindar amor, apoyo y cuidado en el hogar a una persona con Alzheimer es un acto de respeto, compasión y empatía, con quien día a día lucha por salir de un laberinto de incertidumbres, dudas y olvidos.
“…No puedo hacer nada con lo que me ocurre.
Aun si trato de ser diferente, no lo logro
Recuerda que te necesito, que lo mejor de mí ya partió
No me abandones, quédate a mi lado
Ámame hasta el final de la vida”. [3]
[1] https://www.24horas.cl/tendencias/salud-bienestar/siete-habitos-alimenticios-que-ayudarian-a-prevenir-el-alzheimer-814334
[2] https://www.diainternacionalde.com/ficha/dia-mundial-alzheimer
[3] Poema de Alzheimer. https://co.pinterest.com/pin/316026098831107796/?lp=true